Escritores Invitados

DEL ERROR SUBLIME

Homenaje mínimo a Julio Cortázar.

Poeta Invitado: Alejandro Emilio Ramírez Ravelo

Acusadme de muerto: ya se apaga

mi alcatraz generoso: fascinante

y esencial corredor con la constante

caridad del espejo y de la daga.

Acusadme de muerto que se embriaga

en las palpitaciones de otro Dante

con todo el purgatorio por delante

y por detrás los senos de otra Maga.

Acusadme de muerto: desatina

mi virtud en pirámides de hierro

No soy caleidoscopio en la sentina

donde anulan mi voz con el destierro

y el obligado gen de la rutina,

sin Dante, Maga… Nada: sólo yerro.

BIO:  Alejandro Emilio Ramírez Ravelo nació en 1967 en Jobabo, Las Tunas. Cuba. Es Poeta y narrador como así también Ingeniero Mecánico. Recién en 2022, decidió dar a conocer parte de su obra, con la dicha de que a finales de este año obtuvo varios reconocimientos en certámenes literarios en Argentina. Entre ellos, el más destacado fue una Mención en género Poesía, dentro del contexto: II Concurso Internacional de Cuento y Poesía «Julio Cortázar», SADE, filial Lomas de Zamora, Buenos Aires, para su poema:  Del error sublime, que pudimos disfrutar líneas anteriores y Además el derecho a integrar la IV Antología de Poesía de Aliar Ediciones. España.

Periodismo Cultural

El ronroneo en el arte

By Eva Braum

El 8 de agosto de 2002 el Fondo Internacional para el bienestar animal (IFWA) estableció esta fecha como el: Día Internacional del GATO, con el fin de difundir los cuidados necesarios para el bienestar de la especie y alentar su adopción.

Según estudios científicos, durante este mes del año la actividad de estos animales aumenta debido a la temperatura y cantidad de luz solar (en el hemisferio norte) e incide directamente con su ciclo reproductivo. Asimismo, los felinos no solo festejan en agosto, también son considerados sus días el 29 de octubre y el 20 de febrero: en homenaje a Socks, la mascota de Bill Clinton, quien por los años `90 se lo consideró el gato más poderoso del mundo; tenía libre acceso y se paseaba por el salón Oval sin restricciones.

Estos animalitos, catalogados con personalidad independiente y solitarios, han sido también grandes compañero de artistas. Si bien, compiten con los perros para ocupar el lugar de mascota predilecta, por años se ha considerado al perro como el “mejor amigo del hombre”. Sin embargo, en el mundo del arte y por sobre todo entre los literatos los gatos ganan la pulseada.

Resulta muy habitual encontrar fotos de escritores con gatos en sus estudios y también infiltrados en sus obras. Entre los más famosos podemos mencionar a: Snowball, el gato de Heminway, con su peculiaridad de poseer seis dedos en cada una de sus patas. Beppo, acusado de mal carácter con todos menos con su cuidador, también recordado por jugar con los cordones de los zapatos y por sobre todo por el poema con el cual lo homenajeo Borges, tras años de convivencia, llamado: La Cifra – publicado en 1981.

Flanelle, franela en francés, era el nombre de una gatita atigrada consentida y mimada por el escritor Julio Cortazar, a quien le ha dedicado unas líneas en su obra.

Babou, fue un ocelote que adoptó Salvador Dali en Colombia en los años sesenta. Este felino, tan excéntrico como su camarada de aventuras, acompaño al pintor a cuanto restaurante él asistiera, viajo en crucero y si bien solía ser presentado en público con una cadena de oro, para evitar el pánico entre la gente, se dio el lujo de causar destrozos en las alfombras persas y las cortinas del Hotel Le Meurice causando gran conmoción entre sus huéspedes.

Esta cuasi obsesión que tiene las personalidades del arte por esto animales nos hace recordar a la producción: Gatos Secretaires, del artista pop argentino Edgardo Giménez. Una serie de mesas de luz con silueta de gatos y espacio de guardado.

No se sabe a ciencia cierta, cuál es la causa de esta relación estrecha entre los felinos y los artistas, quizás su encuentro se ancle en el común denominador de la bohemia, rasgo característico de ambas especies. Tampoco es algo relevante, lo fantástico de la situación radica en tener la certeza de que los unos y los otros jamás estuvieron solos.

Periodismo Cultural

MARK AXELROAD: MÁS ALLÁ DE LA LITERATURA, HUMOR CON LA LITERATURA.

Convocado por el Centro Pen de Argentina, junto con la Universidad de San Martín, el escritor y especialista en literatura inglesa y comparada, brindó una conferencia sobre su libro “Borges’ Travel, Hemingway’s Garage: Secret Histories”.

“Un gran novelista, muy innovador», lo definió la escritora Luisa Valenzuela, presidenta del PEN, quien tuvo a cargo la presentación. Mientras que la interpretación simultánea fue realizada por Jorge Zabaleta, vicepresidente de la misma institución.

Por Eleonora Valentini.

Mark Axelroad es profesor de literatura inglesa y comparada en Chapman University y director del John Fowles Center for Creative Writing. Recibió dos veces una beca Leverhulme para Escritura Creativa del Reino Unido y en tres ocasiones el Premio Nacional de Escritura Alliance Française. Ha publicado cuatro novelas, una colección de cuentos cortos y tres libros de crítica. Como guionista, ha escrito dos libros de cine y más de veinte guiones y teleplays. Recibió recompensas por su trabajo de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, el Writers Guild of America, el Screenwriters Forum (Universidad de Wisconsin) y el Sundance Institute.

A partir de descubrir en sus viajes, locales comerciales con nombres de escritores famosos, pero sin tener nada que ver el rubro explotado con la literatura, decidió escribir una parodia de cómo llegaron abrir dichos comercios.

Cuando estaba recién mudado a California, paseando por la ciudad, encontró una tienda que se llamaba «Borges’ Travel», le sacó una fotografía y luego escribió una historia de cómo el escritor llegó a tener una agencia de viajes.

Seis semanas más tarde, viajó a un lugar llamado Santa Ana en California y allí se encontró con «Hemingway’s Garage», tomó otra fotografía y escribió otra historia de cómo el escritor llegó a poner un taller mecánico.

Después de eso, en cualquier lugar que visitaba, ya sea en América o Europa, encontraba negocios, hoteles o restaurantes con el nombre de escritores, compositores o pintores famosos.

Así, llegó a recopilar 150 lugares, que lo llevaron a escribir 5 libros con 50 fotografías y 50 historias. El primero de ellos fue “Borges’ Travel, Hemingway’s Garage: Secret Histories».

“Uno solo necesita leer cuentos tan magníficos como “Tlön, Uqbar, Orbis Terius” o “La muerte y la brújula” o “Utopía de un hombre que está cansado”, para comprender que Borges, eventualmente, expandiría esos intereses artísticos por los viajes para convertirlos en algo menos metafísico y más lucrativo. Esto queda claro en una conversación que tuvo lugar en el café Tortoni, allá por el año 1973. En aquel entonces, Borges, el mayor de los dos, le recordó al más juvenil Cortázar: “Mejor admitámoslo: vender cuentos cortos no nos va a traer tiempos dorados. En cuanto a mí, siempre estuve fascinado por los viajes, especialmente en tierras exóticas y no puedo pensar en ninguna vocación mejor que convertirme en un agente de viajes”. A su vez, conociendo el interés de Cortázar por la música, especialmente el jazz, le recomendó que creara un trío de jazz que le permitiera ganar una buena suma de dinero para costear su retiro. Cortázar siguió el consejo de Borges y después de escribir el cuento Axolotl, creó un grupo de jazz con el mismo nombre. Fue después de esta charla en el Tortoni que Borges fundó su agencia de viajes en su viejo barrio de Buenos Aires entre las calles Guatemala y Serrano. Llamó a la agencia «La búsqueda de Averroes» pero pronto lo cambió a «Viajes Borges» porque demasiada gente confundía el nombre con una agencia para encontrar objetos perdidos. El negocio floreció y hasta ayudó a pagar varias de las publicaciones de los cuentos de Borges, incluyendo “El jardín de los senderos que se bifurcan” y “Las ruinas circulares”, ambos tienen componentes de viajes en sus textos. Poco después que abriera la agencia el “bichito viajero” le pego mal a Borges y fue responsable, para muchos, de sus laberínticas incursiones que lo llevaron afuera y adentro del Aleph y de acuerdo con su internista el Dr Brodie fue responsable de muchos de sus extraordinarios cuentos”.

“Quien no hubiera esperado que Hemingway abriera un taller de reparaciones de autos. Que otra cosa hubiera hecho un hombre de semejante fuerza física y un machismo tan desembozado. De hecho, fue Dos Passos quien le sugirió que abriera el garaje, ya que la idea coincidía con lo que llamó: “las uñas sucias de Hemingway”. Un buen mecánico es como Dios, capaz de resucitar lo inservible y transformarlo en algo útil. La idea de ser como un Dios fascinó al extraordinariamente egocéntrico Hemingway. La noción newtoniana de controlar el universo con sus propias manos, lo llevó a alquilar a los mejores mecánicos clásicos para empezar a trabajar en su taller. Su meta final, era llevar al equipo al Indianápolis 500 y ganarlo. Los mecánicos que lo conocieron han dicho que su fracaso en esta carrera fue una de las principales razones que motivaron su suicidio”.

El escritor propone, de esta manera, un juego literario que recorre todos los géneros, con un giro autobiográfico donde mezcla, extraordinariamente, sus vivencias personales con un vuelo literario desopilante que surge de la observación de un escenario verdadero, sobre el cual, el autor trabaja la ficción basada en personajes reales, en este caso escritores famosos, apelando al humor y utilizando el recurso de la parodia para lograr en cada cuento un relato ficticio pero a la vez verosímil, creándole al lector el deseo de que estas historias secretas sean ciertas aunque nunca hayan salido a la luz.

Si el arte imitara al capitalismo, se vería como el Viaje de Borges y el Garaje de Hemingway. Una «estética capitalista” que no tiene ningún tipo de relación con la idea, la verdad o la perfección y que se fundamenta más bien en conceptos como el producto y la comercialización del mismo, donde la recompensa es el dinero y lejos de la perfección degenera en corrupción.

Sin embargo, para aquellos que lamentan la prostitución de nuestra cultura “Borges’ Travel, Hemingway’s Garage: Secret Histories” ofrece una prueba definitiva de que el arte sigue vivo.

 

EleoEleonora Valentini es escritora publicada y periodista cultural. Microficcionista premiada por la Feria del Libro de Buenos Aires 2017. Participó de la «Suelta de Microcuentitas» del Museo Nacional de Bellas Artes, convocada por el Centro PEN Argentina. Su obra fue seleccionada y publicada en una antología impresa, editada por Editorial Dunken. También fue seleccionada por la misma editorial para formar parte de otra antología impresa de periodismo literario. Autora del cuento «Psicomagia», publicado por la prestigiosa revista «Cronopios» de Medellin Colombia. Ganadora del Concurso Literario Internacional «El Agua de Las Emociones».
Escribe especiales para Diario de Cultura y dirige su propio blog: La Magia del Caleuche.