By Eva Braum
Me distrajo del trabajo el descubrir un rayito de sol, apenas una línea recta y finita, que ingresa por la ventana y atraviesa parte de la habitación. Miro cuasi con deseo al destello, decido recostarme en el suelo para atraparlo y se fusione con mi cuerpo.
Todo se ve diferente desde acá abajo. Los rincones esconden partículas de tierra. Una hormiga pasa cerca y me mira de reojo.
Alguien se asoma por la puerta de la habitación. Observa, pero no me ve, da por hecho que no estoy y sigue.
Veo a la hormiga alejase despacio, aunque con ritmo.
Yo sigo aquí, en el piso, desaparecida para la humanidad como la hormiga, como las partículas de tierra a quien nadie ve, entonces no existen.